Apologético: Concepto, Significado y Definición ¿Qué es?

Proviene del término apologética, es la persona que defiende su fe cristiana.

La simplicidad de esta definición, sin embargo, enmascara la complejidad del problema de definir la apologética.

Cabe destacar que se han apadrinado una diversidad de orientaciones para definir el significado, importancia e intención de la misma.

La concordancia de la apología, relacionada con la apologética

La expresión «apologética» procede de la palabra griega apología, que era principalmente utilizada en  discurso de defensa en busca de la resolución de respuesta dadas en consulta. En la antigua Atenas se relataba a una defensa hecha en la sala del tribunal como parte del modo judicial normal.

Después de la acusación, se accedió al acusado refutar los cargos con una defensa o respuesta (apología).

El acusado intentaría «hablar lejos» (apo-away, logia-speech) de la acusación. El ejemplo clásico de tal apología fue la defensa de sócrates contra la acusación de predicar dioses extraños, una defensa contada por su alumno más famoso, platón, en un diálogo llamado the apology (en griego, hē apologia).

La palabra aparece 17 veces en forma de sustantivo o verbo en el nuevo testamento, y tanto el sustantivo (apología), como la forma del verbo (apologeomai), se pueden traducir como «defensa» o «vindicación» en todos los casos.

Apología y términos relacionados

Se ha vuelto costumbre usar el término apología para referirse a un esfuerzo o trabajo específico en defensa de la fe.

Una apología puede ser un documento escrito, un discurso o incluso una película; cualquier medio de comunicación podría ser utilizado.

Un apologista es alguien que presenta una disculpa o hace una práctica de defensa de la fe. Los apologistas pueden  desarrollar sus disculpas en diversos contextos intelectuales.

Por lo tanto, las defensas de la fe cristiana en proporción con éticas científica, histórica, filosófica, religiosa, teológica o cultural. Se correlacionan al los términos apologéticos y están estrechamente conexos y se pueden usar como sinónimos de las funciones de la apología.

Históricamente, se ha entendido que la apologética implica al menos tres funciones u objetivos. Algunos apologistas han enfatizado sólo una función mientras que otros han negado que una o más de estas sean funciones válidas de la apologética, pero en general han sido ampliamente reconocidas como las que definen la tarea de la misma.

Francis Beattie, por ejemplo, los delineó como una defensa del cristianismo como sistema, una reivindicación de la cosmovisión cristiana contra sus agresores y una refutación de sistemas y teorías opuestas.

Bernard Ramm también enumera tres funciones de la apologética:

El primero es «mostrar cómo la fe cristiana se relaciona con las afirmaciones de la verdad». Las afirmaciones de la verdad de una religión deben ser examinadas para poder discernir y probar su relación con la realidad. Esta función corresponde a lo que Beattie llama defensa.

La segunda función es «mostrar el poder de interpretación del cristianismo» en relación con una variedad de temas, que es esencialmente lo mismo que Beattie llama vindicación.

la tercera función de Ramm, la refutación de ataques falsos o espurios, es idéntica a Beattie.

¿Eres un apologista?

Sí, usted es un apologista porque da respuestas sobre jesús cuando le cuenta a la gente sobre él.

La vida cristiana y la apologética bíblica

La tarea de la apologética esta en la disposición a responder positivamente a las objeciones del mundo en lugar de evadirlas o ceder ante ellas. Es una ayuda para el evangelismo, un medio de discipulado y aliento para creyentes, y un acto de obediencia a nuestro dios.

La apologética no existe en el vacío, sin embargo, y debe fluir de una vida cristiana consistente. De hecho, debe consistir absolutamente en palabras habladas y escritas, también deben estar respaldadas por la base de una vida santa e incontestable.

Uno de los versículos más importantes sobre el tema de la apologética es el mandato de dios para nosotros a través de Pedro:

«Santifica a cristo como señor en tus corazones, siempre dispuesto a defender a todos los que te piden que rindas cuenta de la esperanza que hay en ti, pero con gentileza y reverencia».

La apologética mantiene el evangelio con argumentos sólidos y vive con  entusiasmo por dios y compasión por el prójimo.

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